El biosensor versátil es capaz de identificar partes muy específicas del material genético del virus SARS-CoV-2, de esta forma detecta al material genético del virus, como lo hacen las pruebas de PCR, pero sin necesidad de amplificar el material genético ni utilizar costosos kits ni equipos especializados.
La muestra del paciente puede ser obtenida de saliva, exudado faríngeo o nasal. Inmediatamente la muestra es inactivada, reduciendo el riesgo de contagio durante el transporte y manipulación de las muestras, y de esta forma el contenido genético del virus, si lo hay, es liberado y separado. Este material genético será utilizado para llevar a cabo la reacción con sondas fluorescentes capaces de detectar el RNA del virus.
Una vez que se lleva a cabo la reacción de competencia, con microesferas magnéticas funcionalizadas es posible recuperar todas aquellas sondas que no interaccionan con el material genético del virus y cuantificar la cantidad restante. De esta forma se puede medir la carga viral de un paciente de manera indirecta con una alta sensibilidad y especificidad.
El biosensor versátil para la detección de COVID-19 puede ser utilizado como prueba rápida para determinar la presencia de este virus en pacientes sospechosos, debido a que la prueba tarda aproximadamente 40 minutos en dar los resultados y, con ciertas modificaciones, se puede utilizar placas de 96 pozos, posibilitando de este manera realizar hasta 72 pruebas simultáneas.